Seres de agua, el surf y la búsqueda de otro futuro
SERES DE AGUA
La lluvia que empapa la tierra volvió esta mañana sin levantar mucho la voz y otra vez cambié el paseo por la mera contemplación del agua. Mis pájaros cantores aún no habían salido del nido, protegido por la hiedra, las glicinias, los acebos y el galán de noche… perfumándolo todo.
De niño aprendí que la fuente de la Burga es una rosa de piedra que nos ofrece por su boca pétalos de agua hirviendo, misteriosamente nacida en las entrañas de la Tierra. Cuando conquisté cumbres desde la media ladera, en Cudeiro, me asombraron los surcos de agua resbalando del monte al valle sin entender de dónde venía. Luego apareció en mi vida el Miño, escenario de multiaventuras juveniles en sus riberas. Y finalmente llegué al éxtasis cuando comprendí que el mar es infinito allá donde el faro envía estrellas hacia el sol para contarle que se acaba la tarde.
Somos seres de agua porque el agua es nuestra vida, naturalmente. No te extrañe que la echemos tanto de menos cuando nos falta y que la lluvia sea para los gallegos un arte. Bienvenidos sean los días de lluvia, aunque nos queden días de verano…
EL SURF, CRISOL DE CULTURAS
“Una sesión al atardecer en Doniños en la que ves la puesta de sol primero y aparecer la luna después, con un par de delfines rondándote y buen ambiente en el agua, te hace olvidar de todo, incluso del tamaño o la calidad de las olas. Te cambias luego con las luces del coche y eres feliz. Eso es el surf para mí. Para otras personas puede ser un hobby, un deporte profesional, una industria, una moda y también un modo de ver el mundo, una filosofía. Hoy el surf, ciertamente, puede ser muchas cosas, no me gusta etiquetarlo.”
Son sabias palabras pronunciadas por Vicente Irisarri, el ferrolano al que Galicia debe el Pantin Classic, una de las mas destacadas pruebas del campeonato del mundo de surf que se celebra en esa playa de Valdoviño a la que van los surferos de media Europa, todo el año, en busca de la buena ola. Casi cincuenta países participaron este año en la competición que se celebró el pasado fin de semana y a la que acudieron los mejores del mundo. A mí me encanta el surf por su plasticidad y por la filosofía de vida de quienes lo practican, aunque nunca lleguen a campeones. El surf es para mí un crisol de culturas.
El Pantín Classic cerró el sábado sus competiciones, enmarcadas en el circuito internacional de la World Surf League, con las victorias del portugués Guilherme Ribeiro y de Anat Lelior, olímpica por Israel.
BUSQUEMOS OTRO FUTURO
Dos científicos nos contaban anoche en la radio la desaparición de toda la costa este del continente americano por la subida de las mareas, que inundarán todas las poblaciones del litoral atlántico en treinta años. No hablaban de Galicia, pero yo me la imaginé…
A Guarda, Baiona, Nigrán, Vigo, Redondela, Vilaboa, Cangas, Bueu, Marín, Pontevedra, Poio, Sanxenxo, O Grove, A Illa, Villalonga, Dena, Cambados, Vilagarcía, Rianxo, Boiro, A Pobra, Ribeira, Porto do Son, Noia, Outes, Muros, Carnota… La bella Costa da Morte… Carballo, Arteixo, A Coruña, Ferrol, Valdoviño, Cedeira, Cariño, Ortigueira… Y también la Costa Norte, desde O Vicedo a Ribadeo, pasando por Viveiro, Xove, San Cibrao, Burela, Foz, Barreiros… 800 kilómetros de litoral quedarían hundidos bajo nuestros dos mares causando muertes y pobreza.
Lo del cambio climático, después de los incendios de este verano, ya no lo niega ni siquiera, pese a ser un liberal, el exministro Margallo, anoche tertuliano de La Sexta. Es ya una realidad y no se comprende como aún escuchamos a políticos llamando locos a los científicos que nos advierten de que estamos agrediendo al Planeta y este nos responde con su furia…
Ayer le pregunté a Balbino que estaba buscando en el cielo porque había perdido la mirada en nuestro techo y me dijo…
—-Outro futuro, meu amigo. Porque o que tiñamos xa o estragamos nós mesmos.
XERARDO RODRÍGUEZ