"... Solo puedo decirte que ha sido un honor compartir tantos años contigo y me queda ahora de ti... el recuerdo imperecedero que estará para siempre en mi interior, un recuerdo que será eterno..."

rbtribuna. 

Como muchos de nuestros amigos, seguidores y lectores, esta web de rbtribuna estuvo semi-inactiva, en stand by, a la espera de la remodelación y mejoras introducidas hace pocas fechas, con la llegada del Otoño. 
Recuperado ya el ritmo normal de actualizaciones diarias, pasada esa fase antes referida en la que apenas había algunas actualizaciones semanales, hemos procedido también a rescatar asuntos que habían quedado pendientes y que, de haber sido en el momento actual, habrían sido divulgados, habrían sido publicados en tiempo y forma. Entre lo pendiente, por ejemplo, estaba el texto que sigue, por lo que pedimos disculpas a nuestros lectores -especialmente a los de Cangas do Morrazo- y, por supuesto, al autor del artículo, nuestro siempre estimado Alfredo Costas Villar.
Procedemos así, aunque fuera de fecha -pues lo referido en el obituario que sigue sucedió en la recta final de este pasado verano- a publicar las líneas de elogio y recuerdo de otro estimado cangués que se nos ha ido, dejando su muerte muy desconsolados a los numerosos amigas y amigos que tenía, entre ellos el autor del texto siguiente :

EN RECUERDO 
DE MI GRAN AMIGO 
PEPIN LORENZO NUÑEZ

En cuanto a mis amigos se refiere, no recuerdo un día más triste que el de ayer, uno de eso días en que la Vida te deja sin nada que decir y te quedas inerte, con los ojos mirando a un solo punto. Es lo que se siente al recibir una noticia tan triste como la que conocíamos, al saber que nuestro querido José Lorenzo Núñez “Pepín” nos ha dejado con tan solo 57 años. 

Pepín era un indesmayable trabajador nato en todo lo que hacía, desde su devoción por el Balonmano, su trabajo incansable en la Peña Madridista, su amor por el Centro de Estudios Cangas, y su dedicación en el Restaurante Macillos. 
Ayer mis ojos estaban húmedos, llenos de lágrimas, empezaron a agolparse recuerdos llenos de vida, de momentos inolvidables que he compartido con una persona que me hizo crecer y me dio ejemplos de dotes personales que difícilmente otra persona podría haberme aportado. 
Recuerdo que lo conocí cuando era un niño y el estaba ahí con su sonrisa para apostar por mí como una persona que podría crecer y convertirme un ser humano humilde. 

Cuando mi tío me metió en "la peña", estaba Pepín con Paco Martínez el gran factotum del Belén de la rúa Berbetaña. Allá por el año 2006 entré en aquella Peña Madridista de Cangas con la ilusión de un niño aún, amante del Real Madrid; celebramos grandes triunfos, aguantamos en las derrotas, nos reíamos mucho en momentos que a lo mejor no tocaba... y -sobre todo- queda el recuerdo de las romerías de "la peña" en el Balcón del Rei que eran fantásticas... (Recuerdo aquellos juegos en el monte, comiendo y confraternizando con toda la gente de "la peña", que no éramos muchos pero si éramos una gran familia). 

Compartí también con Pepín momentos inolvidables en el Centro de Estudios Cangas. Fue una de las personas con mayor influencia en las derrotas y las victorias en mi etapa educativa obligatoria; siempre me decía que no decayera, que siempre estuviera ahí, constante, como yo sabía hacerlo. Me conocía muy bien y realmente nunca hubo un día que no entraras por aquella puerta y no me saludase con aquella sonrisa y aquella sana ironía que siempre derrochaba.

Con el me hice mayor en el Balonmano; en los años que iba solo al pabellón siempre se ofrecía a llevarme en su coche; recuerdo que en la sombra trabajó para el club de una manera inagotable, él nunca se cansaba de hacer el bien en favor de los demás. No había persona en el Mundo que pidiese superarle en la entrega y sacrificio con la que siempre se mostraba.

Amigo Pepín : nos has dejado huérfanos a tu legión de amigos; sin nada de aliento y fuerzas que nos haga capaces para ver algo de claridad en ese muro oscuro que en momentos así -como es ahora con tu muerte- se transforma la Vida.
Nos dejaste sin nada que decir ante tu marcha para siempre; una noticia devastadora e inesperada que acaba por ser injusta, porque -una vez más- esta Vida tiene mucho de injusta para con la gente que iluminó nuestro camino. 
Tu me enseñaste muchas cosas y sobre todo me hiciste brillar como no lo hicieron otros; confiaste en el Fredi nervioso, en el Fredi inseguro y acabaste por hacerle crecer como persona. 
No podré nunca agradecerte todo lo que hiciste por mí y por tanta otra gente. Sin ti presente, qué duda cabe, hay un hueco grande en mi corazón; y me costará una inmensidad sobreponerme ante la noticia de enorme magnitud como es tu muerte. 
Gracias, amigo; gracias siempre. Solo puedo decirte que ha sido un honor compartir tantos años contigo y me queda ahora de ti... el recuerdo imperecedero de una amistad que estará para siempre en mi interior, un recuerdo que será eterno, de modo que te tendré presente siempre, allá donde te encuentres en la Eternidad. 
Nos veremos un día.
Pepín : te quiero, amigo.

ALFREDO COSTAS VILLAR
Agosto de 2022